Trump no precipitará su decisión sobre el Acuerdo de París

Estados Unidos prometió hoy que su presidente, Donald Trump, no se precipitará en su análisis sobre si retirarse o no del Acuerdo de París y tendrá en cuenta las preocupaciones sobre los efectos del cambio climático, pero subrayó que su decisión será la “adecuada” para sus intereses nacionales.

En pleno debate en la Casa Blanca sobre el futuro de Estados Unidos en el Acuerdo de París, un tema sobre el que Trump quiere tomar pronto una decisión, el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, asistió a una reunión del Consejo del Ártico, la zona del mundo donde son más visibles los efectos del calentamiento global.

Allí tuvo que escuchar una apasionada defensa del Acuerdo de París por parte de varios de sus homólogos de los países miembros del Consejo del Ártico (formado por EEUU, Rusia, Canadá, Suecia, Finlandia, Noruega, Islandia y Dinamarca), así como de grupos de indígenas que habitan en esa región polar.

“En Estados Unidos estamos revisando ahora varias políticas importantes, entre ellas cómo enfocará la Administración de Trump el tema del cambio climático. Entendemos que cada uno de ustedes tiene un punto de vista importante, y deben saber que estamos tomándonos el tiempo para entender sus preocupaciones”, aseguró Tillerson.

“No vamos a precipitarnos para tomar una decisión. Vamos a trabajar para tomar la decisión adecuada para Estados Unidos”, añadió el titular de Exteriores estadounidense en la reunión ministerial bienal, celebrada en Fairbanks (Alaska, EEUU).

La decisión de Trump eclipsa la agenda de la reunión del Consejo del Ártico. EFE/Zipi

El Acuerdo de París y el Ártico 

Trump prometió a finales de abril que tomaría “una gran decisión” sobre el Acuerdo de París antes de este sábado, pero su portavoz, Sean Spicer, dijo el martes que el anuncio sobre ese tema se pospone hasta después de la Cumbre del G7, que será el 26 y 27 de mayo.

Ese asunto eclipsó el resto de la agenda en la reunión del Consejo del Ártico, que Canadá y los países nórdicos aprovecharon para defender los compromisos suscritos en el acuerdo de 2015.

“Me pregunto qué diría el planeta si pudiera sentarse en esta mesa. Quizá nos recordaría que el Ártico funciona como nuestro sistema de refrigeración”, dijo la ministra de Exteriores de Suecia, Margot Elisabeth Wallström.

La ministra alertó de que, según estudios recientes, “dentro de solo dos décadas el Océano Ártico estará libre de hielo en su mayoría“, un proceso gradual que ya está cambiando su ecosistema.

“El Acuerdo de París proporciona un camino basado en la ciencia para alejarnos de esos riesgos”, subrayó Wallström.

El Consejo del Ártico

Durante la reunión, Finlandia asumió la presidencia rotatoria del Consejo del Ártico, ocupada durante los últimos dos años por Estados Unidos, y el ministro de Exteriores finlandés, Timo Soini, fue asimismo claro en su defensa del pacto alcanzado en 2015.

“El Acuerdo de París sobre el clima es la piedra angular para mitigar el cambio climático”, aseveró Soini, y llamó a asegurar que la actividad humana en el Ártico sea sostenible.

Varios representantes de indígenas defendieron también el pacto, entre ellos el Consejo Internacional Gwich’in (GCI), que representa a pueblos de Alaska y los territorios del noroeste de Canadá.

“Estamos convencidos de que sin políticas a largo plazo para hacer frente al calentamiento global nuestra cultura no puede sobrevivir”, alertó una representante de GCI, Ethel Blake.

Los efectos del cambio climático, como la acidificación y el calentamiento de los océanos, “son reales y están ocurriendo ahora mismo”, sentenció Patricia Lekanoff Gregory, representante de una organización de Aleuts, un pueblo indígena estadounidense y ruso.

El deshielo provocado por el calentamiento global está convirtiendo el Círculo Polar Ártico en una zona de creciente peso geoestratégico, al abrir nuevas rutas comerciales, lo que ha hecho que las potencias de la región compitan por controlar esos territorios, ricos en recursos naturales.

En la reunión ministerial se firmó un acuerdo vinculante para facilitar el tránsito de los científicos de los ocho países miembros, sus equipos y materiales por el Círculo Polar Ártico. Efeverde